La cirugía de reemplazo articular está diseñada para reemplazar el cartílago dañado y cualquier pérdida asociada de la estructura del hueso. El procedimiento en sí mismo es una reconstrucción de la articulación dañada, y cuenta con los músculos y los ligamentos del paciente para que den el soporte y la función. La prótesis (articulación de reemplazo) está hecha de titanio, cobalto cromado, acero inoxidable, material de cerámica, y polietileno (plástico). Se puede fijar al hueso con cemento acrílico o se puede hacer un ajuste forzado, lo que permite que el hueso crezca dentro del implante. Una vez que el reemplazo articular está en su lugar, su movilidad y funcionamiento vuelven por medio de terapia física. Las tres cirugías de reemplazo articular más comunes son de cadera, de rodilla, y de hombro.